¿Sabías que el diseño de tus muebles y la colocación de los mismos influye en la iluminación natural de tus espacios?
El ingreso de luz natural a una habitación está dado por su orientación geográfica (el punto cardinal al que mira), su entorno inmediato (por ejemplo, si hay un edificio enfrente o no) y el tipo de aberturas que se utilizaron para su construcción.
Por ello, el esquema de luz natural en diseño de interiores es tema casi excluyente del constructor y, excepto por algunas pequeñas reformas de obra, no podemos modificar esta condición estructural.
Sin embargo, contamos con una serie de recursos que nos permitirán manipular la luz natural existente en busca de un mejor aprovechamiento. La elección y distribución de los muebles, los colores, las superficies, las texturas o el tratamiento de las aberturas, son algunos de los recursos que servirán para aprovechar la luz natural.
A continuación queremos darte algunas claves que son esenciales para que puedas aprovechar la iluminación natural apoyándote en elementos como tus muebles.
La influencia de puertas y ventanas
Claro que el tamaño y la ubicación de puertas y ventanas son la clave para un buen ingreso de luz natural, pero excepto que estés construyendo tu vivienda, difícilmente pueda cambiar estos elementos estructurales. Sin embargo, una pequeña reforma (un cambio o agregado de aberturas) puede aportar muy buenos resultados.
¡Descubre aquí todas las opciones que tenemos para ti y decora como un experto!
• Si la ventana está centrada al medio de la pared permite una luz de mayor intensidad y más uniforme. Si la ventana está descentrada, osea más cerca de una pared que de otra, el efecto será el contrario.
• Una habitación donde las ventanas están en los laterales de la pared, genera menor flujo de luz que si hubiera una sola al centro.
• Para un mejor paso de luz es importante prestar atención de no obstaculizar las aberturas. En el interior, evitar muebles y objetos que deduzcan el paso de luz; en el exterior, situar plantas, árboles o macetas fuera del campo visual.
Los colores
El color es uno de los principales aliados de la iluminación. Los colores claros absorben menos luz y entonces reflejan más luz en el ambiente. Por el contrario los colores oscuros absorben mayor cantidad de luz, reflejando menos.
• Cada pared, el suelo y el techo refractan la luz de formas diferentes. Conocer esta información nos permitirá, por ejemplo, utilizar colores más claros en las zonas de mayor refracción si deseamos intensificar la luz o animarnos al color intenso en paredes donde la refracción no altera la luminosidad.
El área de mayor refracción de luz es:
- Las paredes laterales a la abertura
- El techo
- La pared frente a la abertura
- El suelo
- La pared donde está la abertura. Está última es la que menos luz refleja y, por lo tanto, la que puede pintarse de color intenso sin perder la luminosidad ambiente.
En resumen, para aportar mayor luminosidad conviene pintar en tonos claros las paredes laterales a la abertura y el techo.
La distribución de los muebles
Planificar la distribución de los muebles dentro de una habitación permite influir en la forma en que la luz natural ingresa y se distribuye.
- Los muebles más grandes deben situarse pegados a la pared, rodeando la habitación, para permitir que la luz llegue hacia todos los rincones.
- Evitar interponer un mueble en el camino que recorre la luz desde las aberturas hacia el interior. Evitar cualquier clase de repisa o mueble delante de ventanas.
- Las repisas o bibliotecas, principalmente las más grandes, pueden colocarse apoyadas a la pared y sin fondo, de modo que absorberán menos luz y harán más luminosa la estancia.
- Los mejores muebles son los bajos y de líneas simples. Además de ganar continuidad visual y crear sensación de espacio, permiten una mejor distribución de la luz.
- Un truco para bibliotecas, estanterías o muebles altos: evitar sobrecargar la parte alta del mueble o los últimos estantes.